Fugaz...

Fue fugaz. De esas cosas que no sabes como han podido suceder tan deprisa. La ves, te imaginas toda una vida con ella, y de repente todo termina. Se va, lejos, a muchos kilómetros de ti. Y ves como esa vida que ya tenías hecha se aleja con ella, los abrazos, los besos, los planes. Pero ya es tarde, no supiste aprovechar el tiempo, y te quedas pensando en aquello que pudo ser, pero no te atreviste a hacer.

Teníamos un plan...

Teníamos un plan. Nos escaparíamos de la ciudad, nos marcharíamos a una playa desierta. Allí viviríamos los dos sin complicaciones, sin problemas, sin preocuparnos por lo que pensasen de nosotros.

Por las noches nos tumbaríamos en la playa a mirar las estrellas, y me pedirías que te llevase a ellas, hasta quedarnos dormidos sobre la arena.

Pero te olvidaste de aquel plan, dijiste que eran cosas de críos, y que tenías una vida aquí, que no podías dejarla por las locuras de alguien como yo.

Teníamos un plan, pero era demasiado perfecto para ser real.