Por las noches nos tumbaríamos en la playa a mirar las estrellas, y me pedirías que te llevase a ellas, hasta quedarnos dormidos sobre la arena.
Pero te olvidaste de aquel plan, dijiste que eran cosas de críos, y que tenías una vida aquí, que no podías dejarla por las locuras de alguien como yo.
Teníamos un plan, pero era demasiado perfecto para ser real.
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